Me llamo Edward Cole, soy estudiante en el colegio Nermont en Londres. Tengo buenos amigos, y saco buenas notas. Muy pronto entraré en la secundaria del colegio... entonces, ¿por qué pasan cosas raras a mi alrededor?
(El puente de luz del videojuego se activa cuando estoy a seis metros del interruptor)
–¿Cómo lo hiciste? –pregunta un niño de nueve años
–No lo sé –respondo.
(Voy a la casa de un amigo llamado Serge con mi madre. Un chico moreno, más alto que yo y con cabello negro sale a recibirme. Tiene cara de que normalmente se cree superior cuando la realidad es que no)
–Hola, señora Cole –saluda Serge.
–Felicidades, amigo –lo felicito, tendiendole un sobre con dinero en la mano.
–Gracias –responde, y se hace a un lado para dejarme pasar.
(Subimos a su habitación en la noche después de partir el pastel de cumpleaños de chocolate, el favorito de Serge)
–Enciende el aire acondicionado, ¿no? –le digo, señalando el control en la mesita del otro lado de la cama.
Serge se dirige hacia la mesita, pero al instante el control del aire acondicionado vuela hacia la mano de él. Nos quedamos observando el control con la boca abierta.
–Tú también –tartamudeo.
–¿Yo también qué? –dice, desconcertado.
Le explico lo sucedido con el videojuego, y se oye un sonido fuerte parecido al de una detonación.
–¿Qué fue eso? –pregunto, y me dirigo hacia la ventana. Una figura encapuchada camina hacia el otro lado de la calle.
–¡Espere! –le grito cuando salgo de la casa para perseguirlo. Me detengo en la esquina de la calle porque va a pasar un coche, pero cuando pasa, el individuo ya no está.
–¿Crees que nos están vigilando? –pregunta Serge, mientras se acuesta en su cama.
–Eso es, tenemos que estar alerta –afirmo.
UNA OPORTUNIDAD
(Varios días después tocan la puerta)
–Hola; es un placer conocerla, señora Cole –dice un hombre de rostro amable con una túnica roja.
–¿Quién es usted? –pregunta mi madre, recelosa.
–Soy Edison Grant –responde el hombre–. He venido a ofrecerle una plaza a su hijo en mi colegio.
–¿Qué colegio es ese? –pregunta mi madre.
(La imagen cambia a la de un castillo en la noche iluminado por las ventanas de las torres y torrecillas)
–Hogwarts –responde la voz del hombre.
... DE APRENDER MAGIA
(La imagen cambia a la de yo con mí familia en la estación de King's Cross)
–Te extrañaremos –me dicen mis primos.
–Nos escribiras, ¿verdad? –pregunta mi tía.
–Por supuesto –aseguro, y me acerco a la barrera entre los andenes nueve y diez. Parece muy sólida.
–Hay solo una forma de averiguarlo –dice una voz detrás de mí. Me volteo y veo a Serge con un carrito y acompañado de su madre. Se dirigen a la barrera, pero al instante desaparecen.
(La imagen cambia a la de una chica pelirroja y la de un muchacho con pelo castaño oscuro)
–Me llamo Rose Weasley –se presenta la chica–, y el es Albus Potter.
(La imagen cambia a la de una mujer joven y bella en un umbral)
–Bienvenidos a Hogwarts –dice la mujer–. La Selección es una ceremonia muy importante dentro de Hogwarts, porque en el tiempo que estén aquí, sus casas serán como su familia en el colegio.
(La imagen cambia de nuevo a la de un hombre calvo con pelo blanco suelto en los lados. Tiene una barba y bigotes del mismo color)
–Soy el profesor Brian Hervont, que sustituiré a Minerva McGonagall como director del colegio –se presenta, sonriendo bondadosamente–. Les quiero presentar también al profesor Edison Grant que será el encargado de Defensa Contra las Artes Oscuras.
(Caminamos por los jardínes con nuestras mochilas, y vemos un anciano admirando el castillo)
–¡Son ustedes! –exclama al vernos.
–¿Somos quienes? –pregunta Rose, sonriendo con compasión.
–¡Son los guardianes! –responde, y nos da unos relicarios con la forma de un león, una serpiente, un águila y un tejón–. Deben evitar que encuentre el tesoro en Hogwarts.
–¿Cuál tesoro? –le pregunto.
–El tesoro que está escondido adentro del colegio –responde, y se queda con la mirada ausente.
Y EL RETORNO...
(La imagen cambia a la de una biblioteca, y yo estando debajo de una mesa)
–¡Ey! ¡Miren esto! –les digo, y señalo el orificio parecido a la silueta de un león.
–Pon tú relicario –dice Rose, examinandolo.
Saco mi relicario de debajo de la mesa, lo pongo en el orificio y un cajón oculto se abre al lado de mí. Contiene un rollo de pergamino, y varios relicarios identicos a los que ya tenemos.
–Eso significa que deben de haber más guardianes –dice el retrato de Severus Snape, y los otros directores asienten cuando estamos en el despacho del director.
–¿Quiénes son? –pregunta Albus.
–Nadie lo sabe, señor Potter, pero deben de estar cerca si ya llegaron ustedes –asegura Snape.
–Las cosas van a cambiar en Hogwarts –afirma el retrato de Albus Dumbledore–. La oscuridad está dentro del castillo.
DE LA MALDAD
–Entonces, ¿qué hacemos? –pregunta Serge.
–Debemos encontrar a los restantes –dice Rose, decidida, cuando estamos en la sala común de Gryffindor.
(La imagen cambia a la del castillo mientras llueve)
–Algo malo se acerca –les digo a los demás en los jardínes–. Edison lo presiente también.
(La imagen cambia a la de un hombre sosteniendo un objeto mientras estamos atados por unas cuerdas)
–Con esto, el Señor Tenebroso volverá –dice el hombre, examinando el objeto.
(La imagen cambia a la de una calavera flotando en el cielo con una serpiente entrelazada en su boca)
ESTE AÑO
–Esto es peor de lo que nos imaginabamos –asegura la voz de Dumbledore, mientras aparece un compartimiento secreto con un tubo–. Muy oscura, muy poderosa, y desconocida para mí.
–Son ustedes los Guardianes de los Fundadores –empieza a decir la voz del anciano mientras pasan las imagenes de todos nosotros.
SOLO ELLOS PUEDEN DESCRUBRIR EL SECRETO
–... sin ustedes el tesoro será la llave de la destrucción –concluye el anciano.
Y SALVARNOS A TODOS
–¡Defiendase, cobarde! –grita Serge, y le lanza un maleficio al hombre–. ¡Defiendase!
El hombre lo desvía hacia nosotros, y me lanzo hacia un lado. Me levanto, y veo que el hombre le lanza un destello verde a Rose, que se queda inmovil.
EDWARD Y LOS RELICARIOS DE LOS GUARDIANES
–Todo va a cambiar ahora –dice la voz de Rose.